Articulo de la revista SDQ Febrero - Marzo 2013
DEAR SDQ
Entre parejas
Cuando la relación se agota, cuando los sentimientos cambian, cuando el camino se hace cuesta arriba, aparecen ellas. Una es terapeuta familiar: trata de reparar los lazos o de hacer el quiebre menos traumático. La otra aparece cuando ya no hay vuelta atrás: guía a la pareja por el complejo trámite legal hacia el divorcio.
{Por Mariana Ramírez Mac-Lean | Fotos Alina Vargas-Afanasieva y Claudia Veras | Edición 0016} ( Articulo Original )
Katherine Matos
En las aguas de la separación
katherine_sdqLas cartas ya están echadas cuando los clientes buscan sus servicios. Katherine Matos, abogada especialista en Derecho de Familia, sabe que las personas que solicitan su experiencia profesional para llevar a cabo un proceso de divorcio no llegan felices a su oficina:
“El Derecho de Familia es muy complejo porque tiene una carga emocional muy grande, es exigir mis derechos o, lo que yo entiendo que me corresponde, a una persona con la cual estoy afectivamente involucrada”, dice. Ponerse en el lugar del otro y solidarizar con los conflictos ajenos fue lo que llevó a esta abogada a elegir su carrera. La vida la instaló más tarde al área familiar, y ahí se ha quedado.
Ha visto cientos, tal vez miles de casos, y su conclusión es sorprendente por lo similar que es a la de nuestra segunda entrevistada. “La falta de comunicación es el peor de los males entre los seres humanos, suponer que el otro debe saber lo que yo quiero, cuándo y a qué hora lo quiero o peor aún el suponer que el otro sabe realmente lo que espero de él y no lo hace para molestarme”, reflexiona. “Sin darnos cuenta se van acumulando resentimientos, ira, decepciones hasta que terminanos separándonos de ese ser querido no solo físicamente sino también de manera emocional”.
Para Katherine, sin embargo, lo más difícil es ver la situación en que quedan los hijos: “En muchas ocasiones [los padres] cometen el error de involucrar a los hijos en sus conflictos y todo el resentimiento que puedan sentir sobre su ex pareja se la transmiten a ellos, negándose incluso a que la relación padre- hijo se mantenga de forma adecuada”.
Experta en los vaivenes del proceso y su carga emocional, asegura que “es importante que los abogados no nos involucremos en la parte psicológica, porque tampoco debemos ejercer roles que no nos corresponden. Si la persona no está preparada mi recomendación siempre es que se fortalezca emocionalmente antes de iniciar el proceso y la refiero a especialistas en la conducta”.
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Martha Rodríguez de Báez
En busca de los lazos perdidos
martha_sdqEsta psicóloga clínica y terapeuta familiar es tan especialista en las relaciones de pareja por los años que lleva ejerciendo, como por los años que lleva de casada. En ambas lides tiene 25 años de experiencia, y asegura que todavía cree que “la familia es la matriz existencial idónea que gesta las personalidades sanas de los seres humanos, donde aprendemos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos”.
Martha decidió especializarse en terapia familiar cuando sintió que podía “ayudar a más personas en una sola sesión de trabajo y defender la preservación de la unidad que mi propia historia me había dejado como legado una elevada autoestima, sentido de responsabilidad social y mi fe cristiana”.
“En estos años en el trabajo con parejas me llama la atención la facilidad con que las personas se casan con un ideal romántico, que dificulta la adaptación de los próximos años. Entran en conflicto cuando el cónyuge no cumple con la expectativa creada y se opta por mecanismos evasores como son el trabajo excesivo, la infidelidad y la violencia”, reflexiona, en una línea similar a la de Katherine.
“Creo que la terapia familiar es el espacio de relanzamiento que tienen los miembros de la familia para apostar a la continuidad, siendo un sistema de apoyo idóneo para enfrentar las adversidades y conflictos de la vida con una actitud sana y resiliente”, dice, convencida de la posibilidad de regenerar los lazos.
El centro de su discurso no deja espacio a dudas acerca de la importancia que esta terapeuta le da a la familia. Eje de todo, de la vida, de la personalidad, de la misma felicidad, Martha lo resume como sigue: “La mejor herencia que los padres y madres les podemos dejar a los hijos e hijas es una familia memorable, con modelos de liderazgo positivo que sean el referente obligado en cada etapa de vida”.
Tal vez por eso no sea sorprendente que finalice la entrevista con esta reflexión: “La paga idónea para un terapeuta de familia es ver establecido el clima de felicidad y paz entre los miembros de una familia”.