El 25 de noviembre de cada año se conmemora el día Internacional de la NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER. Es propicia la ocasión para hacer una reflexión, ya que he tenido en mi vida profesional que trabajar muy de cerca el tema de la violencia intrafamiliar, especialmente la ejercida en contra de la mujer, he tenido que escuchar de sus labios historias de horror,
ver en sus miradas el temor a las paraliza de tan solo recordar los episodios de violencia a las que han sido sometidas, he comprobado sus cicatrices, pero sobre todo he tenido que enfrentar con ellas y en más de muchas ocasiones sin ellas a sus agresores. He sentido junto a ellas el dolor y la impotencia que ocasiona el no contar con un sistema que les brinde protección efectiva, la seguridad que necesitan, he sentido su impotencia al ver como todavía hoy en día tenemos un sistema que nos obliga a probar una y mil veces que son víctimas, un sistema incrédulo ante una realidad cruel y es que estamos perdiendo más mujeres al año víctimas de la violencia intrafamiliar que por cualquier enfermedad, nos negamos a creerlo, nos resistimos como sociedad a entenderlo, más bien las empujamos al abismo, al silencio, a soportar hasta que no sean más que una estadística de muerte.
Las obligamos a probar con sus vidas que SON VÍCTIMAS DE VIOLENCIA, porque antes para cuando había tiempo, faltaban, no eran suficientes LAS PRUEBAS. El dolor en su cuerpo, la tristeza en su mirada no era suficiente para poder rescatarlas de su trágico final. Este 25 de Noviembre como todos los años se realizan muchas actividades conmemorativas, pero debemos revisar los procesos, las normas, identificar donde está el fallo para mejorar, no podemos seguir haciendo lo mismo como una rutina, porque de ser así los resultados no cambiarán. Definitivamente un tema complejo que conlleva de acciones muy precisas y sobre todo de una efectiva protección de la víctima, ponerla a salvo de su agresor tanto a ella como a sus hijos, es una labor que hay que mejorar.
Crear herramientas de apoyo psicológico gratuito que permitan fortalecer la autoestima de la mujer y la de sus hijos con la cual puedan salir del círculo de la violencia es una tarea pendiente por parte del Estado, así como el seguimiento a los casos después de ser denunciados para evitar las tragedias en las que aun teniendo un documento que dice orden de protección no se les ofrece una protección adecuada y efectiva conforme a la realidad que vive cada una de las víctimas. Educar en el desmonte cultural del machismo, para evitar la normalización de la violencia contra la mujer, hasta lograr que el hombre entienda que no es un ser superior o dominante a ella y por lo tanto no tiene derecho a tratar a la mujer como si fuera un objeto de su propiedad.
Abogada en Derecho de Familia